miércoles, 23 de septiembre de 2009

PIENSA YUCATECO....

En el mundo del revés
La fiesta más cara de la historia
 

Renán Alberto Barrera Concha (*)

23/09/2009

Un gobierno incongruente es un gobierno que miente. Un gobierno que miente desprecia a la sociedad Con la sorpresa del préstamo del gobierno estatal de $1,870 millones pasó a la historia un lamentable capítulo de la complicidad de los poderes subordinados al Ejecutivo y el hasta ahora aparente silencio de la mayoría de la sociedad ante este hecho inédito, por la trascendencia negativa que tendrá para todos a lo largo de 25 años.

Ya es alarmante el alto peligro que representa el actual gobierno estatal para el desarrollo de Yucatán. Estamos en un estado de total indefensión ante un escenario de monopolio de decisión donde no existe división de poderes, sino más bien parece comparsa del Ejecutivo al ser sumiso y promotor de sus decisiones, aunque sean malas, al final son asumidas como propias. Sin importar la responsabilidad en la función de equilibrios entre ellos mismos, no sólo las aceptan sin analizar y sin mayor explicación, sino que se convierten en voceros y hasta volantean las “bondades” de las decisiones de la señora de la 61.

El peligro es alto ya que genera un estado de incertidumbre jurídica y legislativa que sólo robustece el monopolio del poder en Yucatán, donde las decisiones nos salen cada vez más caras, siempre acompañadas de desinformación, irresponsabilidad y mentira, como han sido la opacidad de sus programas, la muestra de padrones de beneficiarios adulterados con gente inexistente, conciertos sin información clara de los gastos, incumplimiento del Pacto Económico por Yucatán al subir tarifas de transporte, entre otras muestras de incongruencia entre el discurso conmovedor y las decisiones que lastiman a los yucatecos.

Existe el riesgo de algo similar en gran parte de nuestra sociedad. La compra de conciencias y la coacción de las libertades puede ser la misma para una persona en extrema pobreza que para un rico encumbrado de éxito, la diferencia es la mecánica de la coacción y el monto de la compra, que se ve reflejada en un silencio que hace ruido. Un gobierno que quiere anular la crítica social para vivir en el statu quo de la mediocridad retrocede a pasos agigantados, minimizando cualquier logro en nuestra vida democrática que por luchas históricas se consiguió.

Se gastan miles de millones en cosas innecesarias, ha sido el gobierno que más recursos ha tenido en sus arcas, no ha hecho obras de trascendencia, el tren bala se sigue analizando, el tiempo sigue pasando y los ciudadanos sólo contemplan las dotes artísticas de sus intérpretes, en una puesta en escena más de esta película que nos costará mucho más que dinero. Tenían que reventar en algún momento las finanzas del gobierno a causa del dispendio excesivo y el gasto absurdo, mal informado y con cifras maquilladas, borradas y pulverizadas entre todas las dependencias, para que el ciudadano no encuentre lo que busca o tarde en entender en qué se gasta, quién lo gasta y cuánto se gasta.

Yucatán peligra con un gobierno que busca anular el papel de la sociedad y concentra el poder en su entorno de intereses partidistas. La democracia se ve lastimada en la vida diaria de la sociedad; la transparencia se limita a ser sólo un verbo y la política pública es usada como instrumento para generar complicidades entre gobernados y gobernantes, con sus diferentes niveles de pago, según el interés de quien cree que con estos 1,870 millones podrá obtener el pago de sus deudas o el anticipo de su silencio.

Por eso hoy estamos en el borde del colapso económico y el vacío de un poder que le dé sustento y certidumbre a nuestro desarrollo como Estado. Los verdaderos costos del financiamiento a 25 años los veremos en la debacle de un gobierno irresponsable e incapaz, con su respectivo desgaste. Guardar silencio ante los atropellos es ser omisos en la tarea fundamental que como sociedad debemos procurar por el bien común.

Ojalá que el préstamo sólo fuese dinero, pero no es así; la fiesta excedió sus costos y los platos rotos los pagaremos todos por igual, asistentes invitados y no gratos. Estamos en el mundo del revés. Ojalá que 2010 sea un espacio para equilibrar un poder sumiso y darle a Yucatán la oportunidad de nivelar las fuerzas y evitar el dispendio y las malas decisiones.

Ya lo decía mi abuelo: “Somos como las mulas de Guanajuato, cargados de agua pero muriéndonos de sed”.— Mérida, Yucatán.


rbarrera21@hotmail.com ————— *) Regidor panista

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